Creíamos que el gobierno presentaría un proyecto de presupuesto para 2018 acorde con las expectativas y necesidades del postconflicto. No ha sido así.
Ojalá el Congreso de Colombia, cuando apruebe el presupuesto de la Nación para el año 2018, logre corregir las distorsiones evidentes que se observan en el proyecto presentado por el Gobierno.
Los colombianos que queremos la paz —la mayoría absoluta del país— y los que apoyamos el proceso de paz suscrito con Farc-ep—la mitad del país— creíamos que el Gobierno presentaría un proyecto de presupuesto para 2018 acorde con las expectativas y necesidades del postconflicto. No ha sido así. Nuestros congresistas tendrán que revestirse de valor civil para enfrentar el debate con independencia y patriotismo.
El presupuesto para 2018 está aforado en $235,6 billones, sensiblemente igual al de 2017. De ellos, solamente $ 34,2 billones se destinarán a inversión, apenas una séptima parte del total, con una caída del diecisiete por ciento respecto a 2017. ¡Gravísimo!
El sector más favorecido es educación, con $35,4 billones. El sector de salud y protección social recibirá $ 24,7 billones, el seis por ciento más que en 2017. El sector laboral recibirá $28,9 billones, con un incremento del siete por ciento. Hasta aquí, el proyecto se ve bien, pero lo que sigue es desconcertante.
El segundo rubro del presupuesto es defensa y policía, con $32,4 billones, y tiene el mayor crecimiento respecto a 2017, el 8,2 %. Si ya Farc-ep está desmovilizada y entregó sus armas ¿qué necesidad hay de gastar tanto más en defensa el año entrante? El sector agropecuario apenas recibirá $2,1 billones, rebajará el veintinueve por ciento sobre este año, y eso que corresponde a la reforma integral del agro colombiano, el primer punto del acuerdo de paz. ¿Por qué tan mezquino? El sector de inclusión social y reconciliación, que también es clave para el cumplimiento del acuerdo, recibirá apenas $9,6 billones, que es inferior en un dieciocho por ciento al de este año. ¿Por qué?
Estos tres rubros claves del presupuesto desdicen la intención manifiesta del Gobierno de avanzar en la construcción del proceso de paz.
No terminan aquí las dudas. Veamos otros dos sectores que generan altas preocupaciones.
El sector productivo no se ve claro. El producto interno bruto del país viene creciendo por debajo del promedio mundial. Cuando eso sucede, el país está retrocediendo. Es claro que la responsabilidad no le cabe exclusivamente al Gobierno sino también a la empresa privada que no es capaz de ser más productiva. Sin embargo, es desconcertante que el sector comercio e industria apenas recibiría $0,8 billones; el sector desarrollo sostenible, $0,6 billones, y el sector minas y energía, $2,4 billones, y que los tres estén rebajándose en el cuarenta por ciento respecto a 2017.
El panorama en ciencia y tecnología es aterrador. Es el sector que más incidencia debería tener en el progreso económico y social del país en el mediano y largo plazo, pero apenas recibirá $0,2 billones, menos del uno por mil del total y la mitad de lo que tiene asignado este año. El rubro es tan pequeño que con seguridad pudieron haberlo mantenido o crecido un poco, sin desbalancear el proyecto del presupuesto. ¡Pero ni siquiera eso hicieron!
Un grupo de científicos acaba de enviar al Gobierno una carta quejándose de este exabrupto. Son ellos Germán Poveda, profesor de la Universidad Nacional, Noam Chomsky, profesor retirado del M.I.T., Enrique Forero, presidente de la Academia Colombiana de Ciencias, y Moisés Wasserman, exrector de la Universidad Nacional. Para sustentar su queja, hacen las siguientes comparaciones: Los gastos anuales de Colombia en esa materia alcanzan el 0,2% del PIB, muy por debajo de países latinoamericanos como Brasil (1.21%), Argentina (0.65%), México (0.43%) y Chile (0.42%). Además, el gasto per cápita de ese rubro en Colombia es de US$ 2, muy por debajo de Brasil (US$ 473), México (US$ 188), y Argentina (US$ 130). ¡No resiste el menor análisis!
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Una última inquietud: La Procuraduría y la Contraloría de la Nación denuncian que la corrupción le roba al país entre $40 y $50 billones al año. Si este rubro se incluyese en el presupuesto (no es descabellado), sería el más grande de todos. ¡Ay, país, cómo dueles!