¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?

Autor: Editor
1 enero de 2017 - 12:00 AM

A toda fiesta sigue un descanso que, para un creyente, es un sigo anticipado de la fiesta última que coincidirá con el inicio de la vida eterna en el cielo.


 

Medellín

Por: Ferney Bonilla Argüello

Hoy primero de enero del 2017 es un día de descanso de la fiesta el último día del 2016, el 31 de diciembre. Anualmente llegan a nuestro recuerdo un cúmulo de sensaciones que al final la fe las reagrupa como “historia de salvación”. Todo tiempo es bueno, el pasado si descubrimos el amor que Dios nos ha tenido y el futuro si le damos la oportunidad a Dios, en el presente, de seguir queriéndonos por medio de María.

Cuanto nos ha amado el año anterior; es signo de cuanto nos querrá en el futuro. La tarea de la fe es verificar si Dios ha cumplido lo que antes nos ha prometido, en comunidad, para estar a la espera de lo que falta por cumplirlos.

Si miramos el año pasado debemos hacerlo con profunda gratitud porque todos tenemos motivos suficientes para estar agradecidos con Dios quien, por medio de su encarnación en María, nos ayuda, consuela, anima y acompaña en el servicio a los hermanos en el quehacer diario de la vida cristiana en comunidad.

Correcciones para tener en cuenta

En el contexto de la Navidad, la Iglesia celebra la fiesta de María Madre de Dios como primera creyente. ¿Cuál es el papel de María en nuestra temporalidad terrena? El evangelio de Lucas recoge dos textos de suma importancia para entender y tener a María como creyente durante todo este año y toda nuestra vida.

Después de la parábola del sembrador,” se le presentaron su madre y sus hermanos, pero no lograban acercarse por el gentío. Le avisaron: tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.

Él les replicó: Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lc. 8,19-21). Cuando Jesús explicaba su relación con el demonio: “una mujer de la multitud alzó la voz y dijo: ¡Dicho el vientre que te llevó y los pechos que te criaron! El replicó: ¡dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11,27-28); es decir quiénes son fieles y obedientes a Dios en su palabra.

Es muy interesante la corrección de Jesús: mi mamá no es importante porque es mi mamá sino porque es fiel a Dios es lo máximo que también se puede decir de Jesús en su relación con Dios, ser fiel a Dios; es también el ser y la misión de un creyente la fidelidad a Dios; por eso nos salva de la muerte y resucita como lo hizo con Jesús, por haber sido fiel a Dios. Lo más difícil de la fe cristiana es ser fiel a Dios; y María el mejor ejemplo humano de fidelidad a Dios. Dios por medio de María nos permite saber cómo se es fiel a Dios. La fidelidad era “la principal de todas las cosas que maría guardaba sigilosamente en su corazón” (evangelio). De paso no debe utilizarse a María para pedirle todo lo que se me ocurre en el corazón; bastaría la fidelidad.

¿Para qué nos ama María?

La Virgen María tiene, por su amor, el poder transformador más grande del mundo después de Jesús. Jesús nos libera de sí mismos, por medio de María para ponernos al servicio de los hermanos.

Todavía no sabemos en la fe que significa dejarnos querer por la Virgen María, el amor de Dios más cercano a todos. El amor que María quiere y puede ofrecernos no empieza ni termina exclusivamente en las devociones, pero si en el amor a los pobres.

María bendición de Dios

Después de cambiar de imagen de Dios el segundo momento de la conversión es cambiar de imagen de María como la bendición más urgente y necesaria de Dios.

En la Navidad y con la fiesta de María Madre de Dios puede empezar a engendrarse en el corazón la imagen correcta de María como bendición de Dios que en la iglesia nos engendra a Jesús. Es una bendición de Dios que en nuestro corazón se purifique la imagen de María.

María como bendición es en términos hebreos “un singular colectivo”; es decir no solo para mi sino para todos, madre del pueblo de Dios. “Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz” (primera lectura).

Belén (Beth, casa. Lehen, pan) María es la casa del pan; es decir maría es bet-lejem, casa del pan para los pastores testigos de la necesidad del pan de la palabra y el pan que requerimos para “ser humanos” Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Amén.


Lecturas domingo de fiesta a Santa María Madre de Dios

Domingo, 1 de enero de 2017.

Primera Lectura

Lectura del libro de los Números (6,22-27):

EL Señor habló a Moisés:

“Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:

‘El Señor te bendiga y te proteja,

ilumine su rostro sobre ti

y te conceda su favor.

El Señor te muestre tu rostro

y te conceda la paz’.

Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré”.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 66

R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.

V/. Que Dios tenga piedad nos bendiga,

ilumine su rostro sobre nosotros;

conozca la tierra tus caminos,

todos los pueblos tu salvación. R/.


V/. Que canten de alegría las naciones,

porque riges el mundo con justicia

y gobiernas las naciones de la tierra. R/.


V/. Oh Dios, que te alaben los pueblos,

que todos los pueblos te alaben.

Que Dios nos bendiga; que le teman

todos los confines de la tierra. R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (4,4-7):

Hermanos:

Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción filial.

Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡“Abba”, Padre!». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios

 

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,16-21):

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.

Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.

Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Palabra del Señor.

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