Cuando comenzaba sus conciertos, el cantante vallenato Martín Elías no olvidaba agradecerle a su ser supremo, a quien le pedía que lo guiara, luciendo casi siempre un escapulario encima de camisetas anchas, como una que tenía pintado el rostro de su padre, Diomedes Díaz. “Gracias a Dios”, decía antes de cantar temas como El látigo, Loco por tu amor y Amor inexplicable, entre otras.

“Dios es grande, todo lo puede, me permite entregarles este show (…) Me trajo al mundo el mejor cantante de la música vallenata: mi papá Diomedes Díaz”, apuntó en concierto alguna vez, emocionando a sus fans. En redes, Martín Elías se describía como un “cantante de música vallenata, herencia de mi papá Diomedes Díaz y soy colombiano, hijo de Dios”.

“Cada vez que tu besas mis labios me siento en el cielo”, decía uno de los versos de su canción Te amaré, en la cual, como muchas otras, le cantaba al amor, los sueños y al todopoderoso, temas recurrentes en su obra.

Su muerte este viernes 14 de abril llegó cuando se consolidaba como uno de los fuertes exponentes del vallenato moderno, de la denominada "nueva ola", una renovación del vallento romántico que hizo famosos a músicos como Diomedez Días y agrupaciones como el Binomio de Oro o Los Inquieros. En sus últimos días, Martín Elías llenaba plazas y estadios, compartía tarimas, reconocimientos y logros con músicos como Silvestre Dangond y Felipe Peláez.

“Confirmada la muerte de mi sobrino, de mi ‘pelaito’ hermoso.  Estamos aquí donde su abuela, organizando los detalles del sepelio, es un momento muy doloroso”, le dijo a EL MUNDO su exmanager Joaquín Guillen.

Construyendo un sueño

Martín Elías Díaz nació el 18 de junio de 1990 y desde temprana edad se inició en la industria musical vallenata. Su padre, el ‘Cacique de la Junta’, Diomedes Díaz, fue insignia del género y a él le heredó su gusto por la caja, la guacharaca y el acordeón.

Lanzó su primera producción musical en solitario, en compañía del acordeón de Rolando Ochoa, miembro de otra dinastía musical vallenata, la del corralero Calixto Ochoa, hace ya cuatro años.

Su experiencia musical comenzó al mando de su tío Élber Díaz, en la agrupación La Familia de Diomedes. En 2004 se retiró de este conjunto familiar y oficialmente se lanzó como solista.

Como se lo dijo a EL MUNDO, su apuesta musical fue por “una fusión de los ritmos representativos del vallenato con sonidos y arreglos contemporáneos de una manera agradable”.

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En 2013, el hijo de Diomedes Díaz se unió a Juancho de la Espriella, convirtiéndose en el dúo vallenato más aclamado por los amantes del género. Se interesó, en ese momento, por sonar temas de amor,  desamor y las vivencias escritas de los que según él eran los más importantes autores del género: Ómar Geles, Wilfran Castillo, Felipe Peláez, Manuel Julián Martínez, Alberto “Tico” Mercado, Rolando Ochoa, Iván Calderón, “Fello” Zabaleta, “Cabe” Solano y José Iván Marín. En ese álbum, titulado El boom del momento, estuvo incluido un tema inédito de su padre y el homenaje a Joe Arroyo como Bonus Track.

Dicha producción, de 16 composiciones vallenatas, obtuvo un “Disco de oro” de su disquera, Codiscos, por superar las quince mil copias vendidas. Para su lanzamiento este dúo realizó un concierto en la plaza Alfonso López de Valledupar, en la que se registró una asistencia de más de tres mil personas, a finales del año pasado.

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En el 2015, junto al acordeonero Rolando Ochoa, Martín Elías presentó su disco Imparables, que invadió las redes con canciones nuevas, entrando más fuerte en la “nueva ola del vallenato”. Hizo giras por todas las ferias y fiestas del país. En Medellín, Martín Elías fue acogido en lugares como la Plaza de Toros la Macarena y la discoteca Palmahía, donde los apasionados por el acordeón se dieron cita para escucharlo. 

Los sonidos del “Gran Martín Elías”

A diferencia de su hermano Rafael Santos, cuya imagen físicamente es muy similar a la de su padre Diomedes Díaz, la apariencia de Martín Elías era juvenil, con figura delgada y corte de cabello corto. Sin embargo, con algunos gritos como “esto que dice”, “cómo dice”, “sabroso”, “que vivan las mujeres”, entre otros, el público lo asemejaba al Cacique. También en sus notas más agudas, Martín Elías conservaba matices de la voz de Diomedes.

Una de las canciones que más emocionaba al público era Mi muchacho, que su padre cantó a Rafael Santos (su hermano) y Martín Elías se alegraba de entonar en su show, que duraba cerca de tres horas en escena.

La puya, el vallenato romántico, el paseo y mezclas del género con nuevas opciones modernas como beats electrónicos estuvieron presentes sus canciones. Improvisó varias veces en festivales y conciertos, hablaba de su papá, de su dinastía vallenata, de la gente colombiana "que es hermosa, maravillosa, a la que tengo que decirle gracias" y del poder divino.

“Algo me voy a inventar para traer el espíritu del Cacique de la Junta esta noche”, dijo Carlos Vives durante el Festival de la Leyenda Vallenata 2016, más exactamente el 26 de abril,  minutos antes de cantar junto a Martín Elías. En esa presentación, Vives aseguró que los sonidos de Martín Elías tenían mucho que ver con las apuestas por llevar mensajes románticos, del hombre de a pie, “como lo hizo su papá, con esos sonidos tan bellos”.  

“Óyeme, Martín Elías, cuando tu papá sacó esa canción, yo bailaba así, enamorado, en una sola baldosa”, rememoró Vives durante esa presentación, mientras interpretaban Tu serenata.

Minutos después, Vives publicó en redes una foto con el músico con un mensaje que decía: “Volviendo a la ventana marroncita a cantar como cuando era pelao, con mi amigo @martineliasdiaz”.

“Él es un ídolo. Carlos Vives y papá son lo más grande. Mi compadre Rolando Ochoa va a hacer un homenaje a su padre, Calixto Ochoa, y parece que Carlos también va a estar ahí, que va a cantar en ese disco”, dijo Martín Elías.

Los músicos anunciaron que harían un proyecto juntos, que, con la muerte del músico, quedó inconcluso.