Lo que va a escribirse es válido apenas para las próximas 24, 48 o 72 horas, tal la confusión, el desconcierto y lo impredecible que puede ocurrir en el enrarecido panorama político colombiano tras el vencimiento de este plazo.

Todo esto no tiene sino un calificativo: … que despelote, para no recurrir de nuevo a la manida oración de Rafael Núñez, cuando en situación parecida a la de hoy en el campo partidista, exclamó ...oh confusión…oh caos, vocablos citados una y otra vez por todos los opinadores cuando el asunto se está poniendo más que feo.

Es decir, como se encuentra ahora por obra y gracia de unos partidos tradicionales paupérrimos, otros no tan tradicionales camino a la disolución, y unos renegados herederos de ellos que creen, ahora sí, que van a ser los salvadores de la patria que ayudaron con sus andanzas anteriores a volver trizas, para emplear un término muy acariciado por algunos.

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Un viejo politiquero del siglo pasado, dotado al parecer de una buena dosis de clarividencia, pronunció estas palabras que pueden interpretarse como una reprimenda, a futuro, dirigida a una de sus descendientes: “Democracia: Bendita seas aunque así nos mates”. Porque está bien que Colombia a veces encabece las estadísticas de los países más felices -pese al caos actual- pero sería el colmo que de allí pasara a ser el más de malas de todos en manos de su bisnieta.

El viernes en una columna de El Espectador, doña Patricia Lara Salive publicó una lista de precandidatos a la presidencia que, de resultar cierta, se asemeja más a un directorio telefónico que a cualquier otra cosa, y daría la razón a quienes creen que este exceso ya no es munificencia de la democracia, sino una vagabundería o tomadura de pelo a los ciudadanos.

Como en Colombia estamos y hablar paja alrededor de la política es un deporte nacional, vayan enseguida algunas consideraciones sobre lo que puede suceder con tanto pordiosero suelto en procura de una miserable limosna: Nada menos que la Presidencia de la República.

Frente a la impredecible y caprichosa ruleta hay en este momento tres jugadores presuntos dueños de todas las fichas, siendo inverosímil por lo tanto que de buenas a primeras, para usar un lenguaje coloquial y entendible por todos, vayan a llamar o aceptar a un cuarto protagonista y entregarle el 25% del capital y esas posibilidades.

Así, pues, Humberto de La Calle Lombana, quien viene huyendo de su decadente partido y con las faltriqueras vacías, tendrá que seguir reclutando firmas, con la misma paciencia y devoción con la que estuvo casi cuatro años escuchando las utópicas pretensiones de los ahora desmovilizados.

Gustavo Petro tampoco será el cuarto hombre que de sopetón se encuentre con ese 25%, pues con su prepotencia ya debe estar pensando en cómo extender su programa estrella para inundar de basura a toda Colombia.

Hasta aquí se mencionan apenas, para hablar en términos hípicos, los integrantes del primer lote encajonados ya en el partidor, llamados a disputar los máximos honores de esta competencia que tendrá su foto final el 27 de mayo del próximo año.

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Todos los demás que hasta ahora han figurado como posibles competidores de peso son absolutos descartes, con excepción de aquellos que conforman las huestes del devocionario, la camándula y la guerra, abanderados por Uribe y por el que diga.

De las posibilidades reales de este lote se podrá hablar en próxima oportunidad, pero lo cierto es que en este momento se trata de definir un cara y sello, con una moneda que muchos quisieran no volviera a caer y se quedara en el aire, tal el desaliento y el escepticismo reinantes.

TWITERCITO: En Venezuela una idea madura contra el hambre: criar conejos; en Colombia, contra la corrupción, más corruptos.