¿Por qué Fajardo?

Autor: Álvaro González Uribe
19 mayo de 2018 - 12:09 AM

Conozco su honestidad, sus mejores intenciones por los territorios que ha gobernado y por la Colombia que aspira a gobernar.

-¡Álvaro, pará el carro!- Me dijo inesperadamente con voz emocionada. Yo me orillé con cierta inquietud porque había oscurecido y el sitio parecía inseguro.
Iniciaba el año 2000. Envigado en límites con Medellín. Descendíamos por la Loma de Las Brujas en aquel tiempo poco poblada. Nos dirigíamos a una de nuestras primeras reuniones políticas. ¡Ya de diez personas!
-¿Que pasó hermano?- Le pregunté sorprendido y encendí la luz interior de mi Suzuki SJ 410 blanco. Fajardo sacó su cuaderno y empezó a darme una clase dibujando un esquema y diciéndome algo así como: “Ya la tengo, este círculo es la educación”. Dibujó un círculo con una E grande adentro del cual partían flechas en diversas direcciones que culminaban con las palabras empleo, cultura, seguridad, movilidad, salud, trasparencia, quizá más, quizá menos. Han pasado 18 años y medio...
Era su manera didáctica de resolver y explicar un acertijo que, liderados por él, entre varios veníamos pensando hacía días. ¿Cómo construir una propuesta integral de gobierno a la Alcaldía de Medellín a partir de la educación? Pese a su aparente simpleza, ese germen de proyecto apoyado en el esquema tenía un inmenso sentido.

Lea también: Yo salí a pedir firmas
Fue así como Fajardo inició su propuesta política que luego desarrollaría con mayores detalles y temas a medida que su recién iniciada carrera -nuestra lucha- fue creciendo y abarcando más territorios. Fui testigo de ese eureka. Era el reto de cómo presentar la educación como punto de partida para transformar una sociedad desde la política. En aquellos primeros días no la veíamos fácil. La educación no da votos: Sus frutos son a largo plazo y los resultados electorales a corto plazo.
Pero lo logró. No solo comunicar esa propuesta centrada en la educación, sino desarrollarla en sus gobiernos a la par con otros retos, algunos de los cuales en 18 años han ido cambiando con el país. Hoy la educación sigue en el centro, pero con énfasis en dos graves problemas nacionales: La corrupción y la polarización. La una nos tiene indignados y la otra nos tiene atrapados.
Bueno. Luego de esa vieja anécdota nocturna en mi carro, lo que siguió ya lo han narrado con creces tanto Fajardo como los hechos y las noticias durante más de 18 años. La traje a colación como manera de iniciar un breve relato sobre mis razones y bases para creer en Fajardo.
Conozco su trayectoria, su camino, sus triunfos, sus derrotas, su lucha. (Hemos llorado juntos, cada uno por su lado). Pero, en especial, conozco su transparencia. Lo que dice es lo que es y piensa. Conozco su honestidad, sus mejores intenciones por los territorios que ha gobernado y por la Colombia que aspira a gobernar. Es un hombre tímido pero con cierto “picante” expresivo. Capaz. Riguroso en su trabajo como un teorema. No he visto que algo le quede grande y Colombia no será la excepción.
No voy a detallar su programa de gobierno. A estas alturas ya está más que explicado. Sé que hay gente que me cree porque me conoce. Por eso recomiendo votar por Sergio Fajardo. Siento autoridad para decir que son totalmente falsas las afirmaciones sobre malos manejos y otras consejas que de él repiten algunos. Tiene defectos, ¿quién no?, pero es un hombre íntegro y cuidadoso con sus obras y palabras. Meticuloso. Prudente pero contundente y recio cuando toma decisiones. Hace poco, el también exalcalde de Medellín y gran escritor Alonso Salazar lo describió muy bien en un bello artículo que tituló: “Sergio Fajardo: el gobernante que no usa correa”. Cierto, no la usa físicamente, pero siempre la lleva bien puesta para atarse sus principios y convicciones.

Lo invitamos a leer: ¿La educación es tibia?
Educación, lucha contra la corrupción y reconciliación son los tres pilares donde reposa, firme, su programa. Las demás propuestas son variadas, unas diferentes y otras similares a las de los demás candidatos. Los respeto. Pero en este caso hay algo que los colombianos deben saber:
Con la elección de Sergio Fajardo, Colombia tendrá un quiebre histórico en la manera como se hace política y se gobierna. Será, como él lo dice, una revolución serena: Sin odios ni venganzas ni atropellos ni resentimientos, sacando lo mejor de todos como la hace un profesor. Así lo ha repetido. Yo le creo. Le tengo total confianza y les pido a ustedes, humildemente, que también se la tengan. Voten por él.
(No sé si me crean. Solo quería escribir esto que me nace de la razón y del corazón. Del corazón, ya con heridas y más sabiduría, pero aún grande, para mal o para bien).

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