El impacto de diferentes proyectos desarrollados en los últimos años por el MEN no tendría la fuerza para responder por estos logros
El Ministerio de Educación Nacional (MEN) y secretarias de educación de departamentos y municipios están de plácemes por los resultados obtenidos en las Pruebas Saber 3, 5 y 9 aplicados a cerca de 2.4 millones de niños en septiembre de 2016. Según el Icfes, en general los resultados reportados muestran un aumento de los puntajes de estas pruebas con relación al año 2015 y son los mejores resultados obtenidos desde el año 2009. Según el portal del Icfes, un mayor porcentaje de niños lograron salir de los niveles de desempeño insuficiente y mínimo y pasar a los niveles de satisfactorio y avanzado (ver comunicaciones oficiales en www.icfes.gov.co).
A pesar de lo prematuro que significa encontrar algún elemento causal que explique la mejora de los resultados, lo cierto es que el impacto de diferentes proyectos desarrollados en los últimos años por el MEN no tendría la fuerza para responder por estos logros. Por ejemplo, el programa de excelencia docente relacionado con becas para que profesores de colegios oficiales hagan sus estudios de maestría en universidades con acreditación de alta calidad, tiene un impacto muy reducido y se encuentra en proceso; la meta de este programa es vincular 15.000 profesores (el 4% de la nómina oficial) a la realización de programas de maestría en Educación.
Me inclino a poner como hipótesis que la explicación de los mejores resultados en las pruebas Saber se debe a dos factores: el primero es la consolidación de la prueba a lo largo del tiempo, que aunque reducido (desde 2009) está permitiendo su comprensión por parte de profesores y directivos y de esta manera permite enfocar las acciones docentes y administrativas para preparar mejor a los estudiantes, y la segunda es la decisión de autoridades locales y departamentales de destinar recursos de educación para preparar a los estudiantes en este tipo de evaluaciones (ver columna: Entrenar para resolver pruebas: http://www.elmundo.com/portal/opinion/columnistas/entrenar_para_resolver_las_pruebas.php#.WM8Fo_nhDIU).
Independiente de cuáles sean las explicaciones de este mejoramiento en los puntajes obtenidos por los niños en las Pruebas Saber, surge el interrogante de si las pruebas Saber son el fin de la política pública en Colombia, hasta el punto de que los resultados obtenidos por los niños en estas pruebas se constituyen en una forma de evaluar la gestión en educación de alcaldes y gobernadores.
Medir la calidad de la educación básica y media mediante instrumentos como las pruebas Saber 3, 5, 9 y 11, es una manera reducida de comprender la educación como proceso de formación de niños y adolescentes. Las medidas obtenidas por un estudiante en diferentes momentos de su vida escolar no dice nada sobre sus potencialidades ni sobre lo que la sociedad puede esperar de este estudiante en el futuro.
El artículo 5 de la Ley General de Educación entrega un listado de los fines de la educación en Colombia, los cuales pasan por el pleno desarrollo de la personalidad, la formación en el respeto a la vida, la formación para facilitar la participación de todos en las decisiones, la formación en el respeto a la autoridad legítima, la adquisición y generación de conocimientos, el estudio y la comprensión crítica de la cultura, entre otros fines. Es imposible que una prueba escrita (incluidas las pruebas Saber) pueda auscultar el grado de progreso y/o apropiación de los fines de la educación por parte de un estudiante. De aquí la importancia de aprender a valorar en su debida dimensión los resultados obtenidos por nuestros niños y adolescentes en las pruebas Saber e incluso en las pruebas internacionales como Pisa.
Nota: ver columna relacionada: Las pruebas Saber no son el fin (http://www.elmundo.com/portal/opinion/columnistas/las_pruebas_saber_no_son_el_fin.php#.WM78OfnhDIU)
(*) Profesor Universidad de Antioquia