Si el país elige a María del Rosario Guerra al cabo de unos meses de gobierno presenta su renuncia, para que el vicepresidente asuma el cargo y quién es: ¡Uribe!, no elegido por voto directo, sino de manera indirecta.
Finalizando la década de los 90 del siglo pasado, se llevó a cabo en el Recinto Quirama, en el oriente antioqueño, un ejercicio de prospectiva para Colombia, liderado por Destino Colombia, en el que participaron 43 personas de todos los sectores del país, desde la derecha hasta la izquierda, del sector público y privado, un grupo heterogéneo que se logró imaginar en cuatro escenarios el futuro de la patria, de ellos todos se han ido cumpliendo en mayor o menor grado. Uno de los cuatro escenarios prospectados fue: “Todos a marchar”, en el que se prospectó que el gobernante de la mano dura, gracias a una reforma constitucional se hizo reelegir (en youtube se pueden ver la explicación de los cuatro escenarios de Destino Colombia), y la historia ha revelado como se mangoneó la clase política de ese momento con la “premermelada” de la yidis-política, en favor de la modificación de la Carta Magna, claro está que todos los implicados en ese acto de corrupción son perseguidos políticos, según la visión de los ofendidos u “ofensores”.
El Senador Álvaro Uribe Vélez tiene al país absorto (admirado) en torno a su imagen. Los “furibistas” del Centro Democrático lo tienen endiosado y lo ven como el único salvador de la república, mientras que al otro tanto también lo tiene absorto (pasmado), por su abnegado apego al poder y a las ganas de no dejar de mandar y, por incentivar la división y el odio entre sus amados compatriotas.
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Pero más estupefacto se quedó un grueso importante de la población, no “furibista” con la sentencia emanada del real sentir y saber de la precandidata del Centro Democrático María del Rosario Guerra, al expresar: “sí soy la candidata del CD mi vicepresidente será Álvaro Uribe”. Esta afirmación tiene tanto de ancho como de largo. Algunas consideraciones pueden ser:
Amanecerá y veremos…