Ante la dificultad de ofrecer cobertura universal, los gobiernos neoliberales miran con atención los sistemas de admisión que en muchos casos se pueden denominar como sistemas de selección y exclusión.
Hace 50 años, grupos estudiantes de izquierda se movilizaron contra la sociedad de consumo, en lo que se dio a llamar la primavera francesa, mayo francés o mayo del 68; este movimiento estudiantil tuvo el apoyo de sindicatos, obreros industriales y el Partido Comunista Francés, lo que llevó a la mayor huelga general de la historia de Francia.
Por estos días grupos estudiantiles promueven una huelga general en protesta por la denominada Ley Vidal (en alusión a la Ministra de Educación Superior, Investigación e Innovación, Frédérique Vidal) que cambia las modalidades de ingreso a la educación superior francesa; hasta hace poco la forma de asignar los cupos universitarios se basaba en el mecanismo del sorteo que no discriminaba entre estudiantes a la hora de asignar los cupos en las diferentes carreras universitarias; este mecanismo si bien no tiene dificultad para las carreras de baja demanda ha venido generando dificultades en las carreras de alta demanda como la medicina, el derecho, la educación física y la psicología, en donde la deserción en el primer año está cercana al 60%.
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El propósito de la reforma es tomar medidas para garantizar que los estudiantes que seleccionan las carreras de alta demanda (se hace énfasis en estos estudiantes aunque la ley es para todas las carreras) cumplan con unos requisitos mínimos, como seguir una formación para adquirir ciertos conocimientos y aptitudes que permitan asegurar el éxito y de esta manera reducir la deserción, lo que permitiría hacer un uso más eficiente de los recursos y poder ampliar la cobertura estudiantil en la educación superior de Francia; estos aspectos son señalados en la Ley.
Con esta reforma al sistema de asignación de los cupos, los estudiantes se encontrarán con tres tipos de respuesta a su solicitud de admisión; la primera es la respuesta que diría que ha sido aceptado sin ninguna tipo de condicionante; la segunda respuesta indicaría que la aceptación está condicionada a una formación para adaptarse a los estudios; y la tercera clase de respuesta mencionaría que el estudiante hace parte de una lista de espera, que depende de la manera en que se desarrolle el proceso de matrícula de los estudiantes admitidos.
Hasta ahora la protesta de los estudiantes universitarios está limitada a algunas universidades, pero no deja de preocupar su continuidad, si se tiene en cuenta lo que en el imaginario francés y mundial significa el movimiento estudiantil del mayo del 68, estando cerca de la conmemoración de los 50 años del movimiento emblemático del estudiantado mundial.
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Los estudiantes que protestan por este cambio en el proceso de asignación de los cupos consideran que se trata de un golpe contra la igualdad de oportunidades y que al introducirse un sistema selectivo, que va en contra de los principios en los que se funda la República. Los sitios escogidos para las manifestaciones han sido los mismos que fueron utilizados hace 50 años por los estudiantes franceses para expresarse contra la sociedad del consumo, por lo que es previsible que la cercanía a la conmemoración del mayo de 68 pueda ser un catalizador para que se intensifique la actual protesta estudiantil.
Los dirigentes políticos se ven tentados a mejorar los indicadores de deserción y eficiencia de los recursos del Estado, trazando políticas que limiten el acceso a la educación superior a la población estudiantil que tenga una deficiente preparación secundaria, dando más facilidad por los cupos a los estudiantes que han tenido mejores condiciones de preparación y oportunidades culturales. Ante la dificultad de ofrecer cobertura universal los gobiernos neoliberales miran con atención los sistemas de admisión que en muchos casos se pueden denominar como sistemas de selección y exclusión.
(*) Profesor Universidad de Antioquia