La tensión entre el uribismo y santismo se profundizó, la reforma tributaria tuvo sus grandes efectos en la economía colombiana.
Se cierra el telón del año 2017, 365 días en los que la dinámica mundial fue compleja, y Colombia no fue ajena a ella.
En el ámbito internacional estuvo tirante por cuenta de Corea del Norte y Estados Unidos, entre este y el mundo islámico, entre estos y los europeos; para colocar la estocada en el lo alto de la tensión, Donald Trump decide reconocer a Jerusalén como capital del Israel.
Por el lado americano, la tensión social en Venezuela irradió al resto del continente, en especial la frontera colombo-venezolana. Odebrecht y otros casos de corrupción le dieron lustre a los escándalos multilaterales en la región. Sin dejar de lado los sonoros casos de fraude electoral, en especial Venezuela y Honduras.
En el país “chimchombiano” las cosas no pudieron estar más oscuras. La tensión entre el uribismo y santismo se profundizó, la reforma tributaria tuvo sus grandes efectos en la economía colombiana. La venta de propiedad raíz tuvo su frenazo, no hay que ser un mago en investigación para sacar estadísticas, basta con aprovechar un paseo por los barrios de las ciudades para ver la sobre oferta de usados, y proyectos nuevos que quedaron quietos en primera. Y el comercio no despegó, aunque la versión oficial indica que hubo reactivación en el tercer trimestre del año, la realidad es otro cuento. Octubre presentó una caída cercana al 3% en algunas ciudades del país. El sector automotor uno de los más golpeados. Fenalco, un su informe mensual “Bitácora Económica” indica que al mes de noviembre la caída en vehículos de carga había sido del 32.5%. Andemos en su informe mensual, dice que la caída de vehículos nuevos matriculados (no de carga) a noviembre fue de 3.4%, y así sucesivamente por los diferentes sectores se puede percibir que este año fue bastante complicado. Para cerrar este año, la joya de la corona, que, según el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, si no se hacía la reforma tributaria, la calificación riesgo país podría verse afectada, situación que se dio, con la baja por parte de S&P a BBB-.
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A octubre la industria cayó 0.3%, uno de los sectores que genera mayor empleo, el de la confección está en cuidados intensivos, -12.1% ha sido sus menores ventas, aunque diciembre es una buena temporada, a duras penas pasarán a “ras con tas.”
Por el lado política, el Congreso de la República fue inferior a la obligación democrática, reafirmando que las maniobras dilatorias, como, por ejemplo, los ausentismos de nada contribuyeron a un debate sano de los aspectos relevantes y sensibles para el futuro del país, independientemente sí se está o no a favor. Son elegidos para legislar, no para estar por fuera del Capitolio cogiendo pispirispis. Se requiere una reforma profunda del reglamento del Congreso, pero, ellos mismos no tienen la capacidad de autorregularse.
De cara al 2018, el sector empresarial la va a tener dura, es un año electoral en el que el sector de la publicidad tiene su agosto, pero el resto estará amarrado. Para la época del Mundial de Fútbol, la venta de televisores se incrementa, como también la venta de camisetas de la Selección Colombia, siempre y cuando el contrabando y la piratería no les dañe el año. Para contrarrestar esto, la Federación debe sinceramente pensar en sacar los souvenirs de la Selección a precios competitivos.
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En fin de cuentas, como dicen por ahí no hay mal que no dure cien años ni cuerpo que lo resista y se espera un “timonazo” en la corrección del rumbo del país, sea el que sea, tendrá esa responsabilidad, sin llevarlo de nuevo a los escenarios de la violencia armada y verbal.
A mis amables lectores y colaboradores de esta Casa Editorial, les deseo una Feliz Navidad y un 2018 lleno de éxitos.