Más que sorprendente la cifra de nuevos empleos divulgada por las autoridades del Departamento de Trabajo: 313.000 en el mes de febrero. Ya son 89 meses continuos de crecimiento lo que pone a la economía norteamericana en una fase pleno empleo. La tasa de participación, que mide la proporción de adultos que tienen trabajo o andan en la búsqueda de empleo, se ubica en el 63 por ciento. Eso quiere decir que el número de personas económicamente activas entre los 25 y 54 años es el más alto desde 2008, fecha que marcó el inicio de la Gran Depresión.
Lo que sigue es todo un albur. La imposición de aranceles al acero y aluminio decretada por la administración Trump podría generar una guerra comercial y represalias de los socios comerciales. Los Estados Unidos, Italia y Bélgica han sido golpeados por el aumento de la producción china y la menor demanda que ha resultado en una caída del empleo en esa industria y unos precios a la baja.

Lea también: Trump y el estado de la Unión
La respuesta de la representante de la Unión Europea no se hizo esperar que de inmediato reaccionó anunciando medidas similares a productos como el whisky, la mantequilla de maní, el jugo de naranja, los bluyines Levi’s y las motocicletas Harley Davidson. Muy seguramente el impacto de mediano plazo será negativo para muchas compañías norteamericanas y en sus niveles de contratación. Para la firma de consultoría Trade Partnership, los aranceles propuestos eliminarían 179.000 empleos, borrando por completo las ganancias logradas en la industria del acero y aluminio.
Por otro lado, no son muchos los que se atreven a hablar de una recesión económica en los Estados Unidos. No obstante, la financiación de su déficit que para 2019 será de un billón de dólares vía mayores tasas de interés por parte de la Reserva Federal, va a terminar impactando el crecimiento económico. El desfase entre ingresos y egresos por la reforma tributaria del gobierno Trump no da espera.
Y en un análisis muy interesante de las principales economías, Estados Unidos, La Zona Euro y Japón, se muestra que el crecimiento del producto llegó su nivel más alto en el tercer trimestre de 2017, habiendo caído en el cuarto. Lo anterior indicaría el comienzo de una desaceleración a nivel global.
Veamos lo acontecido en Corea del Sur, un país de moda por los recientes Juegos Olímpicos de Invierno y un actor geopolítico en el escenario mundial que experimentó la mayor caída en sus exportaciones de los últimos 33 años y una contracción el PIB en el último cuarto de 2017. Teniendo en cuenta el modelo económico dependiente de las exportaciones y un país frecuentemente citado como ejemplo a seguir según las cartillas de los expertos, cuando se combina la receta de menos productos y servicios vendidos y una reducción del crecimiento, entonces inevitablemente aparecen luces rojas en el horizonte que desembocarían en una posible recesión.

Puede interesarle: Las paradojas del empleo
El proteccionismo trumpiano muy pronto dejará en el asfalto a quien sabe cuántos ciudadanos que hasta ahora hacían parte del grupo de aliados. No parece tener justificación apelar a argumentos de seguridad nacional, mientras se pide a los socios coherencia en su apoyo a la Otan y confianza en las acciones el gobierno norteamericano.