Ahora verá que el tema del aire es culpa de alguien, no faltaba sino eso, que alguien tuviera que responder por el aire que todos contaminamos irresponsablemente. No es un tema recurrente, no es el monotema de actualidad, es que llevamos una semana entera en alerta naranja y parece ser que es como esperar que vengan a levantar la basura que arrojamos en una bolsa la noche anterior. Estamos acostumbrados a que nos resuelvan muchas cosas, ¡pero esta vez nos tocó resolverlo a nosotros y ya!

Hay 343 vehículos particulares por cada 1000 habitantes (Sttmed 2015) esos son unos 900.000, más unos 40.000 entre buses, busetas, taxis y servicios especiales, son una suma exagerada solamente para Medellín, son casi dos vehículos por persona en El Poblado. Pero si le sumamos los 714 por cada 1000 habitantes de Envigado, los 368 de Sabaneta y así cada cifra del área metropolitana del valle de Aburrá, más que estamos geográficamente rodeados por montañas y es dificil que el aire salga con rapidez y sobre todo que somos una gentecita que critica y juzga, pero no aporta casi nada, que sale con cometarios como: “entonces que estan haciendo con los impuestos que pagamos” como si pagar nos eximiera de cumplir con las obligaciones elemetales.

Todo lo anterior, más las fábricas produciendo día y noche y un sin número de actividades aisladas que emiten gases contaminantes al aire, hace que estemos como estamos, así que deje el carro en la casa y si es una moto con mayor razón, hagan la publidad en todas las redes #DejéElCarro, #DejéLaMoto como si fueramos alcoholicos recapacitando de tanto daño causado a nuestro cuerpo y a nuestros cercanos, presuma de cada acto de despojo que reduzca la emisión de gases contaminates al aire, hay que hacer algo ya, criticar y juzgar no sirve en este momento.

El tema se complica si empezamos a combinar variables por cada arista. Pongamos una cifra redonda de un millón de vehículos en la calle todos los días entre Medellín, Envigado y Sabaneta y asumamos cosas. Supongamos que sean 45 minutos en promedio por trayecto yendo y regresando, y supongamos también que solo va una persona por vehículo. Serían un millon y medio de horas invertidas en el desplazamiento, dejadas de trabajar o de compartir con la familia. Sigamos, esta vez pongamos 30 minutos de caminar al día o de moverse en bicicleta para llegar al metro, no solo recibe un impuslo a la vida cardiovascular, sino que le entrega una bocanada de aire a la ciudad, al planeta, y posiblemente disfrutando los minutos de más que empieza a tener y sintiendose revitalizado en la salud diga a los cuatro vientos #DejéElCarro

Ya empieza a volverse aterrador el color naranja, llovió como nunca el fin de semana pasado, pero la operación retorno del lunes festivo rapidamente recuperó la maldita condición naranja a la que nos estamos acostumbrando y por la que escribo esta segunda columna sobre el tema, pero no es suficiente, esta semana #DejéElCarro y he caminado y usado la bicicleta, es como cambiarse el reloj de la mano donde habitualmente se usa, cuesta adaptarse, pero no me voy a quedar quieto esperando a que el aire se acabe. Ya les contaré como me va, si tengo recaídas. La recomendación es hacer tramos cortos en el carro para usar el trasporte público, en todo caso tratar de reducir al máximo el uso del vehículo y con eso reducir al máximo la emisión de gases contaminantes al aire y poder anunciar con bombos y platillos que tenemos un aire óptimo, eso si que hablaría bien de nuestra raza paisa.