Se pierde esta independencia de poderes debido al poder que asumen algunos gobiernos en su carrera hacia la dictadura
Tantos acontecimientos, poco claros y contradictorios, sugieren que los análisis respectivos deben hacerse siguiendo la metodología de Descartes, el del “Pienso luego existo”, presentada en su “Discurso del Método”, denominada la “Duda Metódica”, cuyo objetivo, como puede leerse fácilmente en la red: “era encontrar verdades contundentes, tangibles, sobre las cuales no sea posible dudar”. Se duda “de todo aquello en lo que sea posible dudar”.
En otras palabras se trata de desmitificar o sea: “disminuir o despojar del carácter mítico o idealizado a algunos aspectos de la realidad”.
En primera instancia, habría que someter a la “Duda Metódica” todo lo relacionado con el “tal” proceso de Paz, formalizado por el gobierno actual con la delincuencia de la Farc.
Habría que seguir con aquello de la “Democracia representativa” del Estado que rige a Colombia, si se tienen en cuenta la alta abstención tradicional y el analfabetismo funcional de la mayoría de la población.
Algo similar podría aplicarse a la tal “Independencia” de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. La evidencia es que, con frecuencia, se pierde esta independencia debido al poder que asumen algunos gobiernos en su carrera hacia la dictadura. El ejemplo claro y reciente se tiene en el país hermano: Venezuela, y cabe preguntar: En Colombia ¿“como vamos”?
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En forma mucho más que simple apariencia, y que no corresponde a una “falsa percepción”, el Ejecutivo encarnado por el actual Primer Mandatario, influye poderosamente en los otros poderes. Para ello entraron en juego las famosas ternas con los respectivos “guiños” que corresponden a “llamadas de arriba”.
Especialmente dramático es el caso de la Corte Suprema de Justicia, cuyo comportamiento y accionar, ante muchos casos, justifican su gran desprestigio ante la comunidad, reflejado continuamente en las encuestas. Bastaría recordar casos como el caso del exministro Arias y el del exgobernador Ramos. Todo ello contradice a dicha Corte cuando dizque “se planta en su independencia”, como se tituló en un diario local, a raíz de la respuesta de la CSJ a una inconformidad, dizque confidencial, pero “filtrada”, del embajador de los Estados Unidos. Al decir de Marañas: “les pisaron los callos”.
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Y ¿para qué hablar de esa sí organización delictiva, en que se transformó la Fiscalía General inmersa en corrupción, persecuciones politiqueras y despilfarros de toda clase?
El órgano Legislativo no solo está inmerso en altas dosis de mermelada, sino que su elección está preñada de toda clase de delitos electorales. Este órgano ha propiciado la desinstitucionalización del País y ha cohonestado (luego de las llamadas de “arriba”) en forma presurosa, que ahora llaman “fast track”, el entierro de la Constitución.
Las Fuerzas Armadas también cayeron bajo la nefasta influencia del Alto Gobierno mediante inmerecidos ascensos (“guiños”) y las llamadas ( de “arriba”) a calificar servicios de militares honestos, cuando no les montó la persecución mediante los “falsos positivos” e inventando “fallas del servicio”.
Los órganos de control como las Superintendencias, también se han visto influenciadas por los ”guiños” y las “llamadas de arriba”, para propiciar persecución, no solo de los organismos de oposición, sino de quienes , disienten, con autoridad y experiencia, de los procederes del Gobierno.
El panorama es sombrío y los índices económicos se constituyen en una infinidad de “bombillos rojos de alarma” que, ¡hace rato están prendidos!
Pero todo tiene que tener una causa. Persiste una gran certeza, pero en gracia a discusión, una “duda”, sobre el hecho de que, en el fondo, lo que está ocurriendo en Colombia es una gran conspiración del mamertismo internacional, infiltrado, entre otros, en estamentos como la ONU y la CRI, para introducir en Colombia, un régimen dictatorial, para lo cual, han buscado la caída de las instituciones, el empobrecimiento de la comunidad y la persecución de la oposición, conformando así el mejor de los terrenos abonados para tal fin.