Las academias prefieren, y sugieren, llamarla uve.
Las academias prefieren, y sugieren, llamarla uve. Pero no pasa nada si se la llama ve chica, ve baja, ve corta, ve pequeña, ve de vaca, etc. Simplemente, las academias creen que es más sencillo decir be y uve que be grande y ve pequeña (nos ahorramos el calificativo). No olvidemos que, en casi todas las regiones que hablan español, se pronuncia como la be, sin ninguna diferencia. En textos viejos, con viejo me refiero a anterior al siglo XVIII, es posible encontrarla en vez de la U. Es decir, alguna vez, la V fue también la U.
1. Después de “ob, ad, sub”. Recuerden que la be se escribe cuando va al lado de otra consonante, pero después de estas tres formas (ob, ad, sub) va uve: obvio, advertir, adverso, subversión.
2. Las palabras que empiezan con “clav”: clavar, clavado, clavicordio.
3. Las que empiezan con “salv”: salvar, salvaje.
4. Las que empiezan con “div”: dividir, dividendo, divulgar.
5. Las palabras que empiezan con los prefijos “vice, viz, vi”, que ya lo había mencionado en el artículo sobre la be, pero nunca está de más: “vice, viz o vi” son prefijos, o sea, “partículas que se pegan a la palabra para alterar su significado” (si el esposo deja de ser esposo, se le agrega el prefijo “ex”, exesposo). Son prefijos, decía, que significan “en lugar de”. Entonces, el vicepresidente es quien está en el lugar del presidente cuando es necesario, cuando el presidente no está. Virrey, vizconde.
Halógeno y alógeno
Es curioso que estas palabras tan parecidas, idénticas en su pronunciación, tengan significados tan tan diferentes. Alógena es una persona extranjera, “de otro lugar”. Halógenos son ciertos elementos químicos (flúor, cloro, bromo, yodo y astato). Algunas bombillas tienen halógenos. “Halo” significa sal y “geno”, que produce, que genera. Halógeno es, por tanto, elemento que produce sal (según su etimología).
De esas que casi nunca usamos
Memorar: hacer memoria de algo, recordar.