“Cualquiera” puede funcionar como pronombre o como adjetivo y su plural es raro porque no se marca poniendo una S al final
Cualquiera, cualesquieran, cualesquiera
“Llamo a la ciudadanía a respetar al expresidente Alvaro Uribe. Cualquiera que sean las diferencias, cualesquieran que sean las decisiones judiciales, se trata de un representante de una parte de la sociedad. Es hora de entendernos, de vivir juntos. Es hora de una Nación”.
Es un tuit escrito por Gustavo Petro, o por algún asesor encargado de sus redes sociales, no sé, y no importa. “Cualquiera” puede funcionar como pronombre o como adjetivo y su plural es raro porque no se marca poniendo una S al final. En el texto aparece dos veces, dos veces mal usado.
“Cualquiera que sean las diferencias”. El plural es “cualesquiera” (sí, sin S ni N al final) y no es opcional. Quiero decir: como son las “diferencias” y no la “diferencia”, hay que ponerlo en plural: “Cualesquiera que sean las diferencias” (varias, no una, obviamente). Otra cosa sería “cualquiera que sea la diferencia” (solo una, pero no: ese par tiene muchas y aquí la diferencia es inaceptable, casi inmoral, y en vez de enriquecer, empobrece, ¡qué vaina!).
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“… cualesquieran que sean las decisiones judiciales”. Suena “normal” porque casi todas las palabras forman su plural con una S o una N al final (esta última la usan los verbos: él camina/ellos caminan). Pero no: “… cualesquiera que sean las decisiones judiciales” es la forma adecuada. En singular sería “cualquiera que sea la decisión judicial”.
Acertó el redactor en agregar la partícula “que”, vean ustedes. Es muy frecuente usar cualquiera sin “que”: “Cualquiera sea la decisión”. Los gramáticos de las academias de la lengua sugieren escribir y decir “cualquiera que sea la decisión”, pero aceptan la forma “sea cualquiera la decisión” (suena más elegante, pero es lo mismo).
Si decimos “esa mujer es una cualquiera” o “ese hombre es un cualquiera”, el plural es “cualquieras”: son unas cualquieras, son unos cualquieras. Y noten que cuando la usamos para una mujer pensamos en sexo, no así cuando la usamos para un hombre. El idioma tiene genética y los significados están metidos, muy adentro, en la cabeza y el alma.
De esas que casi nunca usamos
Misoginia. Aversión hacia las mujeres, es decir, asco, rechazo. Si es hacia los hombres, se llama androfobia.