¿Cómo se llegó a los hechos de Tumaco del 5 de octubre/17?

Autor: Alejandro García Gómez
14 octubre de 2017 - 12:03 AM

Allá campeaba, desde hacía mucho tiempo, la más singular violencia y su abandono del Estado era absoluto

Hasta finales del siglo pasado, Nariño fue uno de los dptos. más pacíficos del país, acompañado sólo del “natural” conflicto de convivencia humana de cualquier sitio. El Sur conocía, por la prensa, los bombazos y el tableteo de las balas del resto de Colombia, de esta segunda fase de la violencia iniciada en los 70’. Así se vivió. La maldición llegó con el llamado “Plan Colombia” en el gobierno de A. Pastrana (1998-2002) que produjo lo que los sociólogos llaman “Efecto Globo, plan propuesto por Pastrana y que fue dado a conocer por el gobierno Clinton el 11 de enero de 2000 y aprobado por su congreso el 13 de junio del mismo año. Ahí  comenzó clímax violento.

Brevemente explico. De lo que trataba el plan era de romper -sólo por la fuerza- toda la cadena de producción de la cocaína (empezando por los cultivos de coca) y de la heroína (empezando por la amapola): tierras, campesinos cultivadores, traquetos con narcoparas y guerrillas de Farc y Eln, del Putumayo, invadido por estos actores armados, coludidos o enfrentados entre sí para la producción y distribución de alcaloides con el argumento guerrillero de que ese dinero les serviría para su causa.

Allá campeaba, desde hacía mucho tiempo, la más singular violencia y su abandono del Estado era absoluto: la mañana del 12 de febrero/98 (gobierno Samper), Néstor Hernández, alcalde de Puerto Asís, aseguraba (Radio Net) haber visto flotando 12 cadáveres sobre el río Putumayo a su paso por esa población, proporcionalmente y por entonces más violenta que la legendaria Medellín de Pablo Escobar. Así anunciaban los narcoparamilitares de extrema derecha su llegada, porque las Farc habían comenzado a cobrar el “gramaje”: impuesto por el cuidado a los sembradíos por hectárea de coca y por gramos de cocaína procesada y sacada de la zona. Igual con la amapola y la heroína. De ahí a ser productore$ y distribuidore$ fue $ólo un pa$o, pero multimillonario para Farc y Eln.

Lo invitamos a leer: Desplazados de la costa nariñense

Con la persecución –sólo por la fuerza- a estas empresas criminales, ellos se corrieron al vecino Depto. de Nariño. Con esto además ganaron un plus, porque se afincaron en varias zonas abandonadas de este pacífico departamento, pero principalmente en la desamparada selva del Océano Pacífico. Los criminales ganaron un plus: la salida al gran océano. Entonces en esta columna se empezó a advertir el fenómeno: “Llorente” (EL MUNDO, Medellín y Diario del Sur, Pasto, abril de 2001). Hubo varios posteriores artículos. Había comenzado la historia de la violencia en la costa pacífica. En los dos gobiernos de Uribe se incrementó la fuerza de ambas partes: Estado (¿más narcoparas?) contra las guerrillas del Eln y Farc. Claro que para mitigar los efectos de las masacres y los desplazamientos, en junio de 2009 y en medio de la borrasca de sangre, el gobierno de la Seguridad Democrática (Uribe) organizó un concierto gratuito en Tumaco, llevando al cantante Juanes para el efecto. Todo siguió igual o peor y no por culpa de las canciones ni del cantante.

Lea también: Llorente, Barbacoas, Tumaco y la costa

Este 5 de octubre, con el país amodorrado por el partido Colombia-Paraguay, en Tumaco ocurría una masacre: se habla de 5 o 6 muertos (16 aseguró “Romaña” esa tarde, Caracol Radio) y varias decenas de heridos, en una protesta organizada por los cultivadores de coca. Hasta el momento de escribir, las versiones contradictorias apuntan responsabilidad a la Policía según la comunidad, autoridades civiles y delegados internacionales, que dispararon indiscriminadamente contra los protestatarios. El estado acusa a “Guacho”, un disidente de las Farc (éstas lo niegan en sus listas), que lanzó cilindros bomba y bala, también. Que “trabaja con “Contador” (Clan del Golfo) y “Cachí” (narco de 27 años) que es el que obliga a salir a protestar, coinciden todas las partes [Semana, 6.X.2017]. El gobierno anuncia exhaustiva investigación. El problema es complejo, porque si bien es cierto que los grupos armados exigen la protesta a los campesinos, el sustrato económico fundamental de la región, desde 1999 se basa en la economía ilegal del cultivo de la coca y adicionales problemas como la tenencia y usufructo de la tierra, según excelente informe (en video) de la revista Semana, en una historia de economía política de más de 18 años. ¿A qué se dedica Romaña allá?

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