Renovar esta zona, donde las problemáticas habrían desplazado actividades tradicionales y devaluado los predios, es una de las metas de la Administración.
La inseguridad, los problemas de movilidad, la contaminación y la saturación del espacio público son aspectos que aquejan varias zonas de la ciudad y el Centro es tal vez la más afectada, por lo que, según expertos, “el corazón” de la capital antioqueña no es el sector apetecido, como en épocas pasadas, para realizar muchas actividades y menos para habitar, lo que podría ser un factor determinante en la devaluación de los inmuebles.
Renovar el Centro y volverlo “el barrio de todos” es una de las misiones de esta Administración, según lo anunció en días pasados el alcalde Federico Gutiérrez, quien aseguró que esto será posible gracias a intervenciones que contemplan temas como movilidad, urbanismo y medio ambiente. Para llevar a cabo el Plan de intervención, el Concejo aprobó una inversión que asciende a los 270.000 millones de pesos. Además, se emplearán recursos para seguridad, cultura y educación.
“Soñamos con un Centro para la movilidad limpia y humanizada, para la seguridad; un espacio que integre la modernidad y la tradición. Medellín se merece un Centro reverdecido, para pasear con la familia. Un Centro que sea el barrio de todos”, expresó el alcalde en su momento.
La devaluación
Para el periodista Octavio Gómez Velásquez en Medellín se privilegió el poblamiento de El Poblado, “que se llenó de urbanizaciones y vías pequeñas” y se fue abandonando el desarrollo del Centro, “que había sido el más costoso de la ciudad”.
“Pero ahí de fondo hay una desvalorización, tal vez premeditada, en el caso más probable, de la zona más rica de Medellín. Además, si usted lo piensa bien, fuera de El Naranjal la única zona de desarrollo inmobiliario que le queda a la ciudad, con un potencial muy grande, es el Centro”, especificó.
“Ahora, ¿quiénes serán los grandes beneficiados de esa burbuja inmobiliaria? Pues los que tengan manera de especular con el precio de la tierra. Esos son los que se van a ver beneficiados con los 270.000 millones de pesos que dijo el alcalde que le van a meter a este sector”, cuestionó.
Aclaró que no le consta que exista una empresa criminal “para convertir al Centro de Medellín en una burbuja inmobiliaria pero las circunstancias en que se está dando el desarrollo de la ciudad muestran que eso va a suceder, cuando no es que ya esté sucediendo”.
En ese mismo sentido, Javier Gaviria, exdirector ejecutivo de Asoguayaquil, afirmó que “es muy probable que se demerite la condición del Centro de la ciudad para hacer un cambio de uso, para transformar en el sentido de hacer unos cambios inmobiliarios muy significativos, una especie de renovación urbana y que signifique un recambio de los usos, donde está hoy predominante el uso comercial se lleve a predominante el uso habitacional”.
“Esto no sólo desde el punto de vista del interés de los constructores, de los especuladores con el negocio inmobiliario sino también en el sentido de reducir una especie de reforma tributaria municipal porque por esa vía también podrían obtener unos mayores ingresos en impuesto predial, y por facturas de servicios públicos”, añadió.
“Prefieren no entrar a la zona”
La Administración Municipal es consciente de que parte de la ciudadanía prefiere no entrar al Centro por problemas de inseguridad, entre otros, como el robo de celulares. Así lo manifestó a EL MUNDO Pilar Velilla, gerente del Centro, y quien comentó que a lo largo de los años se ha estigmatizado este sector como el “más inseguro de la ciudad” y que “en ese señalamiento hay verdades y leyendas”.
“Claro que existen grupos delincuenciales que amenazan la seguridad de esta zona de la ciudad, pero al mismo tiempo, el Centro tiene la estructura de seguridad más amplia y activa de las comunas que integran a Medellín, pues se trata de un tema prioritario en esta Administración y el alcalde y las diferentes autoridades lo están enfrentando con valor y persistencia”, subrayó la gerente.
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Para Fernando Quijano, presidente de la ONG Corpades, el plan presentado por el alcalde es algo loable, e “importante para el Centro de la ciudad, pero que sigue estando corto”. La zona céntrica “hay que recuperarla de las manos de la ilegalidad, representada en pagadiarios, con ‘toños’ a la cabeza; es necesario quitársela a las 35 convivir que controlan espacios muy importantes del Centro de la ciudad; a los traficantes de droga; quitársela a quienes ejercen la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, y el tema de prostitución”.
A lo anterior se suman, según Quijano, las apuestas ilegales; “y obviamente la vacuna”, por lo que “en resumidas cuentas la zona hay que quitársela al poder criminal del Centro, que está representado en varios niveles: de subjefes, de jefes y de patrones”.
“Yo siento que si se hace una excelente estrategia de seguridad integral podría favorecer a la ciudadanía, podría favorecer el estado social. Si no se hace, obviamente vendrán las especulaciones que dirán que es por favorecer intereses de poderosos empresarios, como el tema de inmobiliarias, constructores y demás”, concluyó.
“Excelente vividero”
El ex secretario Jorge Mejía Martínez apuntó: “lógicamente que si hay recuperación del Centro, si hay demanda por vivir en esta zona de la ciudad; si hay demanda por fortalecer su vocación educativa, esas variables, como el mercado inmobiliario, se podrían incrementar y eso no es malo, porque eso implica valorizar las propiedades que hay actualmente en el Centro de Medellín. No sé hasta dónde la problemática del Centro ha contribuido o no a valorizar las viviendas o los apartamentos que existen actualmente, pero yo creo que es una realidad que el Centro no es que sea muy atractivo y por tanto las propiedades allí no es que sean muy valorizadas hasta ahora”.
Sin embargo, manifestó que uno de los grandes retos es lograr que el Centro sea un “excelente ‘vividero’ para la ciudad. Esto implica mejorar las condiciones de seguridad; resolver los problemas de movilidad que se presentan; y en ese sentido yo creo que la actual Administración va en la vía correcta al privilegiar la peatonalización de importantes vías del Centro de Medellín”.
Compromiso de todos
Para Catalina Vásquez Guzmán, periodista y gestora cultural que reside en el Centro, “las autoridades, las distintas dependencias del Estado y los comerciantes deben estar todos comprometidos en trabajar por mejorar el Centro, pero de cara a los ciudadanos”.
Añadió que “no se debe perder esa articulación ciudadana que hasta el momento ha logrado el Pablo Tobón con el Centro, porque el teatro fue el que construyó el Plan del Centro, que se presentó en estos días, conceptualmente hablando, y que lo construyó ‘bebiendo’ de las distintas opiniones de los colectivos ciudadanos: los ambientalistas, los periodistas, los de la paz, los de Derechos Humanos, pero también los del teatro; todo el mundo confluyó en ese plan, por eso ese plan es tan lindo y tenemos tantas esperanzas”.
Sergio Restrepo, exdirector del Teatro Pablo Tobón Uribe, señaló: “me alegra que estén sentados en la mesa los actores de los gremios de la producción y de la construcción. Me parece importante que pensemos que ese trabajo hay que defenderlo y hacerlo digno para la ciudad, que cada una de esas viviendas vaya acompañada de dignidad, que cada uno de esos proyectos de espacio público vaya acompañado de dignidad y que no olvidemos que el Centro es el barrio de todos y es la ciudad de siempre”.
Espacio público
Para Jorge Mario Puerta, director ejecutivo de Corpocentro, uno de los principales aspectos en que se debe trabajar es solucionar “la ocupación indebida del espacio público que hoy está tomado por las ventas ambulantes”, porque esta es la causa de otros problemas, como inseguridad, porque propicia la extorsión por parte de las bandas criminales; traumatismos en la movilidad y “problemas de habitante de calle, porque éste vive en gran parte del reciclaje y de las basuras que dejan las ventas ambulantes o el comercio formal, pero igualmente se generan problemas de medio ambiente por la contaminación”.
“Nosotros estamos de acuerdo en que tiene que haber unos venteros ambulantes que sigan porque somos conscientes de la problemática social que se presenta y que hay personas que realmente sí necesitan realizar su venta ambulante y que aún tienen permiso de la Alcaldía de Medellín, porque de eso viven ellos y sus familias; pero sabemos que muchos otros lo que están haciendo ahí es ejerciendo labores ilegales”, recalcó.
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Acerca del tema, Guillermo Cifuentes Builes, vendedor informal y representante de los vendedores informales del sector de La Alhambra, hizo énfasis en la necesidad de mejorar la seguridad y aseguró que no sirve de nada sacar a los vendedores ambulantes de las zonas donde laboran, para dejar estos espacios a disposición de los expendedores de drogas.
Manifestó también que es necesario “hacer un seguimiento estricto a los venteros para determinar qué ventero necesita de verdad ocupar ese espacio”, porque hay personas que tienen los puestos arrendados y cuentan con otras rentas y no requieren de un puesto en el Centro para ganarse el sustento.
Volver a habitar el Centro
De acuerdo con Pilar Velilla, gerente del Centro, por parte de la Administración se han realizado grandes esfuerzos y varias intervenciones para mejorar esta zona de la ciudad, pero todavía hay que afrontar problemas que son prioritarios “para ir avanzando hacia un centro civilizado, hay mucho trabajo por hacer, se requieren estrategias que inviten al reploblamiento para volver a los barrios de vecinos, donde la vida siga siendo la de una centralidad pero humanizada y calificada”.
Para Darío Ruiz Gómez, escritor, periodista y experto en urbanismo, se dejaron de un lado los espacios que se dedicaban a realizar actividades culturales y se permitió que “la delincuencia organizada se fuera apoderando de estos sitios”.
En su opinión, “el Centro fue el lugar cívico por excelencia, donde confluía toda la ciudadanía, convocada para distintos eventos”.
Añadió que para que la gente vuelva a habitar el Centro “habría que restablecer la costumbre que fue la Retreta para toda la gente. Ir a escucharla y salir a tomarse un jugo o comerse un cono, o caminar simplemente”, así como lograr el amoblamiento de cafeterías y librerías.
Juan Diego Mejía, escritor y ex director de la Fiesta del Libro, opinó que para el mejoramiento del Centro se debe realizar un trabajo articulado. “No es solamente la Administración Municipal sino que el estado en que se encuentran el Centro y la ciudad obliga a que sea la sociedad la que asuma una posición muy comprometida”.
“Un Plan del Centro tiene que tener un componente fundamental y es el reconocimiento a la diferencia y el reconocimiento a los que son distintos para que no se sientan excluidos. La gente respeta las cosas que conoce y que considera propias, y cuando la gente se siente excluida no hay respeto”, concluyó.
Un pasaporte para vivir el Centro