Tendremos nuevo presidente, y será probable que nuestra vida cambie. 
Dependiendo de los cambios, ¿cuál será nuestro plan de vida? 
Es una de las preguntas más difíciles que se puede hacer un joven de esta época. Y no es sino mirar alrededor del loco mundo.
¿Qué es lo que hay que tener en cuenta, lo que se quiere, o lo que se puede, según las circunstancias?
- Estudiar la carrera más sofisticada, especializarse,  y después, casarse con la persona más atractiva e inteligente, tener una pequeña familia de hijos geniales, una vivienda cómoda, un puesto en el que se sea feliz de trabajar  sanamente, ganando para satisfacer lo necesario, lo soñado. 
Primero habría que ver qué facilidades y qué disposiciones se tienen, puede que uno a los 17, quiera ser cantante en un “Lounge” de piano en New York, pero si uno no tiene oído y vive en Medellín,  tiene  que optar por otras cosas. Si no hay facilidades  para lo que se sueña, preguntarse: 
1. ¿Cuáles son mis disposiciones, mis gustos?  ¿Prefiero estar solo o en grupo, estudiar y leer o imaginar e inventar, ser sedentario o andariego, comelón y bebedor o dietista y abstemio? ¿Obediente o independiente, seguidor o Leader? 
2. Sólo cuando tenga presentes mis cualidades, negativas o positivas, puedo planear si quiero ser presidente de la república, residente de la calle, príncipe o mendigo. 
3. Luego dentro de aquellos factores para los cuales tengo facilidad, tengo que escoger el estudio que me pueda pagar, ver si puedo trabajar al tiempo, la disponibilidad de esa carrera en mi país, o si puedo viajar. 
4. Mi aptitud para solucionar problemas nuevos e inesperados, o mi rutina y falta de iniciativa, mi timidez o atrevimiento, etc. pues el plan de vida que me haga tiene que depender en primer lugar de “como soy”, o  al menos  de cómo “creo que soy”. 
5. ¿Sería mejor cambiar? Habría que ir a una psicoterapia que podría durar su tiempo. Y también a una fisioterapia para mejorar la salud y el aspecto.  O aceptarse y sacar partido de lo que se es.

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Para ello de nuevo recomiendo el libro de Ira Progoff sobre el que escribí hace poco: (Ya debe estar en Internet y en español).  Allí, y en la Neurolingüística  -que igualmente recomiendo-   piden que se haga un “Diario de la vida futura”, pues según ellos, como la palabra provoca el pensamiento y éste hace que las cosas se realicen, hay que escribirlo para que el deseo quede formulado en forma lógica. Pues el lenguaje nació cuando vino el pensamiento lógico, no antes cuando se pensaba “en imágenes” como los animales.   Atención, porque el solo pensamiento, el solo deseo, no están organizados en forma lógica, son imágenes sin orden. ¡Y hay que escribir con inmediatez, sin pensar y sin temer que otros lo lean, podría ser en otro idioma, aún inventado, clave, taquigrafía! 
Lo más interesante y útil sería escribir un Diario, así sólo fuera una frase en el día, un corto trozo respecto de algún aspecto relevante y cambiante de nuestras vidas, el que tenga más importancia, fuerza, valor para nosotros en ese momento.

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Pues hablando de los cambios de política en ese nuestro país ilimitado, es necesario adaptarse a las circunstancias. Recuerden por ejemplo la censura de prensa que hubo en tiempos de Rojas Pinilla: Dónde quedaba allí la labor del periodista.  Hasta yo que trabajaba en Teleperiódico Meridiano  y en De Todo un Poco, en La TV, sufrí la censura de El Pereque.