El Dr. Francisco Lopera Restrepo investiga desde hace 30 años los caminos sinuosos del Alzheimer genético bajo una premisa: Antioquia tiene la posibilidad de ofrecerle al mundo un tratamiento terapéutico para la enfermedad.
En 1984, cuando hacía su primer año de residencia en Neurología Clínica, el doctor Francisco Lopera Restrepo recibió un paciente de 47 años, proveniente de Belmira, cuya familia manifestaba que el hombre había perdido la memoria y que ya no podía trabajar.
Después de hospitalizarlo y practicarle una serie de análisis, los doctores descubrieron que el paciente era portador de una extraño tipo de Alzheimer de inicio precoz. Lopera y un equipo de médicos viajaron al pueblo del hombre y allí encontraron que sus familiares padecían lo mismo: una demencia que les borraba los recuerdos y les quitaba la autonomía antes de los 65 años.
Rápidamente, los médicos encontraron más casos en los municipios de San José de la Montaña, Angostura, Yarumal y otros municipios del Norte y el Occidente de Antioquia, llegando a la conclusión de que se trataba de un Alzheimer familiar de inicio precoz.
Durante sus 30 años de investigación, el Grupo de Neurociencias de Antioquia (GNA), de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, ha encontrado al menos 25 familias con este tipo de Alzheimer producido por la Mutación Paisa en el cromosona 14: cerca de 5.000 personas manifiestan los primeros signos de esta demencia entre los 45 y los 50 años.
Una enfermedad voraz frente a la que el doctor Lopera, coordinador e investigador principal de la Iniciativa de Prevención del Alzheimer (API Colombia), está determinado a encontrar una solución preventiva en personas sanas, mayores de 30 años, que tengan familiares con incios tempranos de la patología.
“En Antioquia tenemos la desgracia de tener los focos poblacionales más grandes del mundo con formas genéticas del Alzheimer, pero eso lo podemos convertir en una oportunidad: somos un esceneario ideal para la prevención de esta enfermedad neurodegenerativa”, señala el doctor, durante el inauguración de la sede alterna del GNA, donde llevarán a cabo los estudios clínicos de medicamentos experimentales para la prevención de la enfermedad de Alzheimer.
Antes de que el Grupo de Neurociencias tuviera la nueva sede, que costo cerca de 1.400 millones de pesos, las montañas de Antioquia eran su lugar de trabajo y el dinero escaseaba. Los primeros 15 años del GNA, que en aquellos tiempos se llamaba Grupo de Afasias, los investigadores viajaban de pueblo en pueblo caracterizando a la población con Alzheimer familiar de inicio precoz, entre otras enfermdades neurodegenerativas.
“No teníamos dinero ni recursos, pero sí tres cosas muy valiosas: pasión, curiosidad y capacidad de asombro”, enfatiza el doctor Lopera. Dice que también jugaban a investigar, porque no sabían hacerlo. Por eso, cuando en los años 90 se constituyó por decreto el Grupo de Neurociencias de Antioquia, aprendieron a hacerlo de la mano de otros grupos de investigación de la Universidad.
En el proceso, el GNA logró descubrir, para el año 1994, la Mutación Paisa y desde allí, el paradigma cambio: ¿es viable buscar una cura o es mejor buscar la prevención de la enfermedad? La idea fue madurando: a partir de 2013 y hasta el 2017, el GNA se dio a la tarea de reunir 300 portadores de Alzheimer familiar, para realizar el estudio clínico de un medicamento que podía retrasar o prevenir el inicio de la enfermedad, que se da cuando dos basuras proteicas, el amiloide y el tau, se pegan a las neuronas y causan su muerte.
En 2017, el GNA no alcanzó la cifra esperada de participantes. Sin embargo, decidieron continuar con el estudio con 252 personas que, hasta 2022, recibirán la dosis del medicamento. La idea del Grupo es, en un futuro, realizar estas pruebas en personas sanas a partir de los 27 años, momento en el que, segun el Dr. Lopera, se empieza a depositar el amiloide en el cerebro.
“Durante décadas, la industria farmacéutica y los investigadores se han gastado millones de dólares y probado más de 800 medicamentos y todos han fracasado, tal vez porque se están probando en el momento y con pacientes inadecuados: en personas con demencia”, reflexiona el experto y añade que, el sueño que quieren consolidar es el de la prevención.
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Pero el doctor Francisco Lopera también es crítico de la situación que viven las investigaciones en el país. Hace unos años, el doctor formuló una petición a las organizaciones competentes para que declararan el Alzheimer como una prioridad para el país, pero lo rechazaron.
“Al apoyo estatal le falta mucho, este tipo de investiagciones solo se pueden hacer en el país gracaias a los recursos y a la colaboración internacional”, dice el doctor. API Colombia recibe el apoyo del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, el Instituto Banner y la farmacéutica Roche, que han creído en la importancia de este estudio.
El GNA sigue adelante. La curiosidad y el espíritu de investigación los ha llevado a ser el principal estudio de prevención del Alzheimer en el mundo. El Dr. Lopera lo sabe: Colombia es el país con mayores probabilidades de ofrecerle al mundo una solución preventiva contra esta demencia, gracias al gran grupo poblacional que se asienta en territorio antioqueño.
“Antioquia está en una montaña de oro gaseoso, pero lo podemos convertir en sólido si hgacemos algo. La solución para el Alzheimer la va encontrar el mundo, con o sin nosotros, pero ellos pueden encontrarla en 30 o 40 años, con nosotros, la encontrarán más rápidamente”, concluye el doctor Lopera, mientras señala la nueva sede en la piensan hacer historia.