El elector debe investigar las trayectorias y experiencias administrativas que se tengan en el manejo de la cosa pública.
Cuando en una empresa o entidad se necesita proveer un cargo que está vacante, se adelantan las investigaciones de los eventuales candidatos, investigaciones que tienen como uno de los aspectos fundamentales, conocer los antecedentes que los candidatos presentan en su desempeño anterior al ocupar cargos de la misma índole.
En el caso de una elección presidencial, es precisamente lo que ocurre. Entonces es claro que el elector debe investigar las trayectorias y experiencias administrativas que se tengan en el manejo de la cosa pública.
Desgraciadamente la comunidad parece estar atacada de una especie de de amnesia electoral, porque aparentemente ha olvidado algunos antecedentes demasiado negativos de algunos candidatos que, precisamente, ocuparon posiciones de dirección en la administración pública.
Es, entonces muy importante empezar la investigación de antecedentes, por quien ocupó el que se considera el segundo cargo, en importancia, de la Nación: el candidato Petro.
La comunidad parece no recordar que luego de que sus socios del M-19, (¿impunemente amnistiados?) atacaron e incendiaron el Palacio de Justicia, gracias a la infiltración mamerta, llegó a ocupar la Alcaldía de Bogotá. También se olvidaron sus actitudes peligrosas (invitando a la rebelión), incendiarias (invitando a la lucha de clases), y, en fin, extravagantes e inaceptables. Hace más de 4 años el autor de esta columna escribió, bajo el titular “El intocable” refiriéndose a este personaje.
Vale la pena transcribir algunos apartes:
“Hace un año el País presenció la ineptitud y arrogancia del mandatario de la Capital debido al manejo de la recolección de las basuras. En términos generales, y siendo muy benevolentes con el personaje, hay que reconocer que se le ha destituido por ineptitud y punto”. Se afirma también que: “El señor alcalde de la Capital entró en una especie de estado cataléptico de “ira non sancta” y reaccionó con una diatriba o sea con un “Discurso o escrito violento a veces injurioso dirigido contra personas o grupos sociales”, con esa actuación lo que único que hizo fue darle la razón al señor Procurador”. Y todos saben que, como se afirma en el escrito: “el movimiento izquierdo comunistoide, popularmente denominado como los “mamertos”, reaccionó a la manera de “todos a una” encabezados por la “gavilla mediática” para protestar por la sanción”. Y a la larga, “todos muertos de risa y merendando”, y hoy es candidato a ocupar la Presidencia. Hoy vuelve a aparecer el candidato de marras, incitando a la rebelión si no resulta triunfador en las próximas elecciones. “Genio y figura”, pero como diría Marañas: “Bueno es culantro pero no tanto”.
Es necesario, también, hacer un repaso de la trayectoria, en el sector público, del candidato Fajardo. Como el mismo confiesa, su campaña hacia la Presidencia la empezó hace muchos años pasando por la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín. Su gestión ha recibido demasiados cuestionamientos y denuncias, por ejemplo en el concejo de Medellín, y habría que empezar por el sonado caso de Orbitel, para llegar a la Biblioteca España, pasando por los Parques educativos y algunos contratos como el de un puente en el cercano oriente del Departamento. Fracasó con sus lemas como “Antioquia la más educada” y aquel de que: “No se pierde un peso”, que demostró con creces, porque ciertamente el dinero no se perdía, pero se “transformaba” en unas descomunales campañas de promoción de su imagen, principalmente en medios capitalinos. Ante sus fracasados antecedentes como administrador, ahora esgrime, en forma desorientada, su facultad de profesor para acceder a la Presidencia como si esta fuera una entidad académica. ¡El que entendió, entendió!
Se trata, en resumen, de antecedentes, en ambos casos, que la comunidad debe analizar sin olvidar la sabiduría del dicho: “Vaca ladrona, no olvida portillo”.
Supuestamente, el voto es libre y privado, entonces se invita a la comunidad a que ejerza su derecho y concurra a la cita electoral actuando en conciencia y evaluando seriamente la trayectoria de todos los candidatos.
Lo invitamos a leer: El oro puro